En la actualidad, muchos cristianos proclaman que la Biblia es la Palabra de Dios, sin embargo, sorprendentemente, solo un tercio de los asistentes a iglesias protestantes la leen a diario. Este dato revela una preocupante desconexión entre lo que decimos creer y nuestras acciones diarias. ¿Cómo es posible que un libro tan central para nuestra fe sea relegado al olvido en nuestra rutina diaria?
Un estudio de 2019 realizado por Lifeway Research descubrió que, aunque muchas personas asisten regularmente a iglesias protestantes, su relación con las Escrituras es, en el mejor de los casos, irregular. Este estudio identificó el compromiso con la Biblia como uno de los signos clave del crecimiento espiritual. De hecho, Scott McConnell, director ejecutivo de Lifeway Research, destacó que la lectura bíblica es uno de los factores más determinantes para la madurez espiritual.
Sin embargo, los números son reveladores: solo el 32% de los protestantes en Estados Unidos leen la Biblia todos los días, mientras que un 27% lo hace varias veces a la semana. Esto significa que una gran mayoría de cristianos vive su vida sin nutrirse regularmente de la Palabra de Dios. La Biblia misma nos advierte sobre esta desconexión: “El pueblo se destruye por falta de conocimiento” (Oseas 4:6, NTV).
Esta falta de compromiso con la lectura bíblica no solo afecta nuestro crecimiento espiritual, sino también nuestra vida diaria. El estudio muestra que aquellos que leen la Biblia con regularidad son más propensos a reflexionar sobre las verdades bíblicas durante el día. Jesús mismo oró por nosotros diciendo: “Hazlos santos con tu verdad; enséñales tu palabra, la cual es verdad” (Juan 17:17, NTV). La meditación constante en las Escrituras transforma nuestra mente y nos guía a vivir de manera más parecida a Cristo.
Además, el hábito de leer la Biblia también tiene un impacto profundo en nuestra relación con Dios. Aquellos que leen la Biblia a diario tienden a sentir un vacío espiritual cuando pasan varios días sin leerla. El Salmo 119:105 nos recuerda: “Tu palabra es una lámpara que guía mis pies y una luz para mi camino” (NTV). Sin esta luz, nos arriesgamos a tropezar y perder el rumbo en la oscuridad del mundo.
Es alarmante pensar que tantos cristianos, que dicen seguir a Cristo, se están perdiendo de la riqueza y el poder transformador de la Palabra de Dios. Hebreos 4:12 nos enseña: “Pues la palabra de Dios es viva y poderosa. Es más cortante que cualquier espada de dos filos” (NTV). Si realmente creemos que la Biblia es viva y eficaz, ¿por qué no la estamos leyendo diariamente?
Como cristianos, debemos hacer un esfuerzo consciente por comprometernos con la lectura de la Biblia. No se trata solo de cumplir con una tarea diaria, sino de permitir que Dios hable a nuestras vidas, nos guíe, nos corrija y nos transforme a través de Su Palabra. No dejemos que la Biblia se convierta en un adorno en nuestras estanterías, sino en el alimento diario que nutre nuestra alma y nos acerca más a Dios. Como dijo Jesús: “La gente no vive solo de pan, sino de cada palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4:4, NTV).