Como cristiano comprometido con los principios bíblicos, mi participación en la política no es solo un ejercicio de ciudadanía, sino un acto de fe y obediencia a los valores que nuestra Escritura nos enseña. En la próxima elección presidencial de Estados Unidos, reflexionaré sobre por qué, desde una perspectiva cristiana, considero que votar por Donald Trump es más alineado con mis creencias que votar por Kamala Harris. Este análisis se basa en una evaluación profunda de sus políticas y posturas, siempre buscando la guía y sabiduría de la Palabra de Dios.
Defensa de la Vida
Uno de los principios fundamentales de la fe cristiana es el valor sagrado de la vida humana. La Escritura es clara en su afirmación de que cada vida es preciosa a los ojos de Dios. En el Salmo 139:13-16, se nos recuerda:
“Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque soy una creación admirable; maravillosas son tus obras; estoy maravillado. Mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, entretejido en lo más profundo de la tierra.”
Este pasaje subraya la importancia de la vida desde el momento de la concepción.
Donald Trump, durante su presidencia, mostró un firme compromiso con la causa provida. Su administración implementó políticas que restringieron el financiamiento a organizaciones que promueven el aborto y nombró jueces conservadores que comparten esta visión. Trump también apoyó la prohibición de abortos en el límite de viabilidad y trabajó para desmantelar el legado de Roe v. Wade. Para mí, su dedicación a proteger la vida refleja un alineamiento con el mandato bíblico de valorar y proteger la vida desde su inicio.
En contraste, Kamala Harris ha sido una defensora prominente del derecho al aborto. Ha apoyado la eliminación de restricciones sobre el aborto y ha trabajado para proteger el acceso a servicios de aborto sin restricciones. Este enfoque va en contra de la visión bíblica de la vida y la dignidad humana, como se enseña en Éxodo 20:13: “No matarás.” Desde mi perspectiva, apoyar a un candidato que no respeta este principio fundamental es incompatible con mis creencias cristianas.
Libertad Religiosa
La libertad religiosa es otro pilar esencial en la vida cristiana. La Biblia nos llama a adorar a Dios libremente y a vivir nuestra fe de manera abierta. En 1 Timoteo 2:1-2, el apóstol Pablo escribe: “Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres; por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos tranquila y reposadamente en toda piedad y honestidad.” Este pasaje nos anima a orar por nuestros líderes para que podamos vivir nuestra fe en paz y sin impedimentos.
Durante su presidencia, Donald Trump promovió políticas que protegieron la libertad religiosa, permitiendo que las organizaciones religiosas operaran de acuerdo con sus creencias sin enfrentar represalias. Implementó medidas para garantizar que las instituciones religiosas pudieran mantener su autonomía en temas como la contratación y el empleo sin comprometer sus principios. Su administración también tomó medidas para asegurar que las organizaciones religiosas pudieran participar en la esfera pública sin temor a discriminación.
Kamala Harris, en cambio, ha apoyado políticas que podrían restringir la libertad religiosa. Ha promovido la expansión de leyes que, a mi juicio, podrían poner en riesgo la capacidad de las organizaciones religiosas para operar de acuerdo con sus convicciones. Por ejemplo, su postura sobre la educación y la salud ha generado preocupaciones sobre la imposición de requisitos que pueden forzar a las instituciones religiosas a actuar en contra de sus creencias. En 1 Pedro 3:15 se nos dice: “Antes bien santificad a Dios el Señor en vuestros corazones; estando siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros.” Para mí, es crucial apoyar a un candidato que defienda y respete esta libertad fundamental.
Apoyo a la Familia Tradicional
La familia es una institución establecida por Dios y es central en el diseño divino para la vida humana. En Génesis 2:24, se nos dice: “Por eso dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne.” Esta enseñanza subraya la importancia del matrimonio entre un hombre y una mujer como la base de la familia.
Donald Trump ha mostrado un apoyo a la familia tradicional, promoviendo políticas que refuercen el matrimonio entre un hombre y una mujer y apoyando leyes que beneficien a las familias nucleares. Durante su presidencia, se implementaron políticas que buscaban fortalecer la estructura familiar tradicional y ofrecer apoyo a las familias en términos de impuestos y servicios.
Kamala Harris, sin embargo, ha defendido una visión más inclusiva y flexible del matrimonio y la familia. Apoya leyes que redefinen el matrimonio y promueven estructuras familiares alternativas que, desde mi punto de vista, no se alinean con el diseño bíblico de la familia. La promoción de políticas que permiten la redefinición del matrimonio y la familia puede socavar los fundamentos sobre los cuales se construye una sociedad según las enseñanzas de la Escritura.
Liderazgo y Valores Morales
Finalmente, es importante considerar el liderazgo y los valores morales de los candidatos. La Biblia nos llama a buscar líderes que sean justos y rectos en sus caminos. En Proverbios 29:2 se nos dice: “Cuando los justos dominan, el pueblo se alegra; más cuando el impío domina, el pueblo gime.” Aunque ningún candidato es perfecto, es esencial evaluar en qué medida sus acciones y políticas reflejan los valores cristianos.
Donald Trump, a pesar de sus defectos y errores personales, ha promovido una agenda que, en muchos aspectos, se alinea con los valores cristianos que considero importantes. Su apoyo a la vida, la libertad religiosa y la familia tradicional son reflejos de una agenda que respeta y promueve los principios bíblicos.
Kamala Harris, en cambio, ha abogado por políticas que a menudo se oponen a estos principios. Sus posturas en temas cruciales como el aborto, la libertad religiosa y la redefinición de la familia reflejan una agenda que considero en desacuerdo con los valores cristianos.
En resumen, mi decisión de votar por Donald Trump y no por Kamala Harris se basa en una evaluación de cómo sus políticas y valores se alinean con las enseñanzas de la Escritura. La defensa de la vida, la protección de la libertad religiosa y el apoyo a la familia tradicional son principios que considero fundamentales para un cristiano. Aunque ningún candidato es perfecto, creo que Trump, a pesar de sus imperfecciones, representa una opción que respeta mejor estos valores esenciales.
Como cristianos, nuestra participación en la política debe estar guiada por la oración y el discernimiento, buscando siempre honrar a Dios en nuestras decisiones. Mi oración es que, independientemente de nuestras inclinaciones políticas, todos podamos buscar la voluntad de Dios y actuar con integridad y fe en cada aspecto de nuestra vida, incluida nuestra participación en el proceso electoral.