El Movimiento de Santidad, también conocido como el Movimiento de Perfección Cristiana o el Movimiento de Santificación, es una corriente religiosa que ha influido en diversas tradiciones cristianas a lo largo de los años. Su objetivo central es promover la búsqueda de la santidad personal y la consagración a Dios, llevando a los creyentes a una vida de mayor pureza, devoción y obediencia a los principios bíblicos. A lo largo de su historia, el Movimiento de Santidad ha manifestado diferentes enfoques y énfasis, pero su hincapié en la santificación y el compromiso espiritual ha sido una constante.
Orígenes Históricos: El Movimiento de Santidad tiene sus raíces en el siglo XIX, en un contexto de cambios sociales y religiosos. Fue una reacción a la secularización y a lo que algunos consideraban una falta de compromiso espiritual en las iglesias establecidas. Uno de los precursores importantes de este movimiento fue el predicador metodista John Wesley, quien enfatizó la necesidad de una experiencia personal y transformadora con Dios.
En los Estados Unidos, el Movimiento de Santidad cobró fuerza en las décadas de 1860 y 1870, a través de figuras como Phoebe Palmer y su énfasis en la “santidad instantánea”. Este enfoque promovía la idea de que los creyentes podían alcanzar la santidad completa y la perfección cristiana de manera repentina mediante una experiencia espiritual. Posteriormente, este movimiento influyó en la formación de denominaciones como la Iglesia del Nazareno y la Iglesia Cuadrangular.
Características Principales: El Movimiento de Santidad se caracteriza por varias enseñanzas y prácticas distintivas:
- Búsqueda de la Santidad Personal: La santificación es el corazón del movimiento. Los creyentes son llamados a una vida de consagración a Dios y separación del pecado, buscando la transformación interior y exterior para reflejar la semejanza de Cristo.
- Experiencia Transformadora: Muchos seguidores del Movimiento de Santidad creen en la posibilidad de una experiencia espiritual definitiva que lleva a la santificación instantánea o gradual. Esta experiencia puede ser llamada de diversas maneras, como el “bautismo en el Espíritu Santo” o la “segunda bendición”.
- Énfasis en la Vida de Oración: La oración es vista como un medio fundamental para cultivar la relación con Dios y recibir la fortaleza para vivir una vida santa. Los creyentes son alentados a mantener una vida de oración constante.
- Separación del Mundo: El Movimiento de Santidad promueve la separación de las influencias negativas del mundo, incluyendo comportamientos pecaminosos, entretenimientos mundanos y valores seculares.
- Énfasis en el Amor y la Humildad: Aunque el énfasis está en la santidad y la pureza, también se hace hincapié en la humildad, el amor y el servicio hacia los demás como manifestaciones de una vida verdaderamente consagrada.
Significado y Legado: El Movimiento de Santidad ha dejado un impacto duradero en la teología y la espiritualidad cristiana. Ha influido en la formación de diversas denominaciones y movimientos dentro del cristianismo evangélico. Aunque las enseñanzas y énfasis varían entre las diferentes ramas del movimiento, su llamado a una vida de santidad y consagración continúa desafiando a los creyentes a comprometerse con una relación profunda con Dios y a vivir en obediencia a sus principios.
En resumen, el Movimiento de Santidad es una corriente religiosa que surgió en el siglo XIX con el propósito de promover la búsqueda de la santidad personal y la consagración a Dios. A lo largo de su historia, ha enfatizado la santificación, la experiencia transformadora, la oración constante y la separación del mundo. Su legado perdura en la diversidad de denominaciones y movimientos que han sido influenciados por sus enseñanzas y énfasis espirituales.
