Mateo 11:12 (RV60): “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan.”
Mateo 11:12 (DDHH): “Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él.”
Pensemos un poco. ¿Por qué desde los días de Juan el Bautista? ¿Por qué no antes? Porque Juan fue el último profeta que anunció la venida de Jesús, y la venida de Jesús implicaba no solo el sacrificio de la Cruz y Su resurrección, sino también un cambio total de cultura: la cultura de la Tierra (Mundo) vs. la cultura del Reino de los Cielos.
Esto es tan cierto que Mateo 4:17 (RV60) nos dice que después que Jesús se bautizó, “…comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”. ¡El primer mensaje de Jesús fue anunciarnos un cambio de cultura, un cambio de paradigma! Esto era necesario porque la cultura de Su época estaba totalmente pervertida. Por un lado, el Imperio Romano se imponía sobre Israel, y por otro lado, los religiosos de la época controlaban la cultura “espiritual” de los creyentes en Dios.
¿No se parece lo anterior a nuestra época? Tenemos una cultura religiosa que nos mantiene sumergidos en muchas cosas y formas que debemos hacer y/o cumplir para poder tener acceso a Dios o para “vernos como cristianos” (¿Alguien me explica cómo se ve un cristiano, por favor?). Juzgamos todo lo que no suene y se vea como nuestra “cajita de creencias”, pero eso sí, solo señalamos a aquellos que se dicen creer en lo mismo que nosotros.
También está “el Imperio Romano”, una cultura política y social que nos ha permeado tanto que aún los supuestos hijos de Dios hemos permitido “…que a lo malo dicen bueno, y a lo bueno malo; que hacen de la luz tinieblas, y de las tinieblas luz; que ponen lo amargo por dulce, y lo dulce por amargo!” (Isaías 5:20 RV).
Nos hemos quedado cómodamente callados ante las atrocidades que otros han hecho en nuestra sociedad. La familia hoy día es una ilusión; incluso a una familia conformada por papá, mamá e hijos se le conoce como “familia tradicional”, pero se incentiva el matrimonio gay y la adopción homoparental. Hemos permitido el aborto legal, la enseñanza de la diversidad de géneros en las escuelas y diversos círculos sociales. Nos gobiernan travestis, gays, lesbianas, no binarios, etc., y pobre de nosotros que digamos algo, porque entonces somos señalados, juzgados, y hasta “cancelados” o “funados”. Por todo lo anterior, hemos preferido encerrarnos en nuestros edificios llenos de luces, bocinas, música moderna (sin teología) y llena de mensajes motivacionales donde Dios, por alguna razón absurda, va a solucionar todos nuestros problemas y de paso, nos hará millonarios o al menos nos dará una vida sin problemas. ¡Evangelio corrompido, falso y barato! Nada más alejado de la verdad.
NO HAY UN SOLO DISCÍPULO DE JESÚS (de los 12, sustituyendo a Judas por Pablo) QUE NO HAYA LITERALMENTE DADO TODO POR EL REINO. Señalados, asesinados, perseguidos, exiliados, encarcelados por la causa de Cristo y más. ¿Pero cuál era esta causa? Una que iba mucho más allá de solo salvarnos del Infierno: entender la cultura del Reino de los Cielos para traerlo a la Tierra.
Mateo 11:12 (RV60) enseña que, “Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los violentos lo arrebatan”. Por años malentendí este versículo, creí que “los violentos lo arrebatan” se refería a los hijos de Dios siendo guerreros o valientes para traer el Cielo a la Tierra, pero NO se refiere a eso.
La traducción de la versión “Dios Habla Hoy” nos da luz y se acerca al verdadero significado del texto bíblico: “Desde que vino Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia, y los que usan la fuerza pretenden acabar con él”. Mateo 11:12 (DDHH).
Hay todo un sistema buscando desaparecer la Verdad. Nos quieren callar y tristemente lo están logrando. Por medio de la “violencia” quieren que nos olvidemos de la cultura del Reino. Quieren que dejemos de creer, quieren que nos mantengamos en silencio, quieren que la luz se vuelva tinieblas, quieren que el entretenimiento logre su cometido, que nuestros niños no puedan distinguir entre lo bueno y lo malo, y muchas cosas más. ¡Pero no fuimos llamados para callar! Fuimos llamados para dar nuestra vida por la causa de Jesús.
En México (al menos en sus zonas urbanas) nunca hemos sufrido por predicar el Evangelio, pero estamos a escasos años, estimo máximo 6, de que hablar de Jesús y de Su Verdad sea un verdadero riesgo. La comunidad LGBT+ no lo va a permitir, el feminismo no lo va a permitir, los progresistas no lo van a permitir y entonces, ¿guardaremos silencio? O ¿seremos una voz que clama en el desierto?
Ruego al Espíritu Santo que este escrito nos sacuda tan profundamente, de modo que elijamos “la senda antigua” y, sobre todo, lo escojamos a Él, Su Verdad, Su Camino, Su Vida, y que lo tengamos todo por basura con tal de ganar a Cristo y de establecer Su Reino en la Tierra.
¡Llegó la hora! Que se diga de nosotros: “Estos que trastornan el mundo entero también han venido acá” (Hechos 17:6 RV60 parte).