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No puedo negar que el Espiritu me inquieta cuando veo pastores jovenes o mayores usando tenis en el altar, me encuentro en un dilema entre la tradición y la realidad contemporánea. ¿Es realmente importante lo que usamos al servir a Dios? A través de la oración y el estudio de las Escrituras, he llegado a algunas conclusiones que deseo compartir. Trataré de ser lo más objetivo posible.

El Corazón del Adorador

Primero, debemos recordar que Dios mira el corazón, no la apariencia externa. Eso lo entiendo. En 1 Samuel 16:7, Dios le dice a Samuel: “No mires su apariencia, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.” Este versículo me hace pensar que, aunque la vestimenta puede ser un reflejo externo de nuestro respeto, lo más importante para Dios es la actitud de nuestro corazón. ¡Perfecto!

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2

La Cultura y la Reverencia

Sin embargo, también entiendo que la vestimenta puede expresar reverencia y respeto hacia Dios. En el Antiguo Testamento, los sacerdotes debían vestir ropas específicas para ministrar en el templo (Éxodo 28:2-4). Estas vestiduras eran un símbolo de la santidad requerida para acercarse a Dios. Aunque no estamos bajo la Ley Mosaica, este principio de reverencia puede aplicarse hoy en día. Me pregunto, ¿mi elección de vestimenta en el altar refleja el respeto que tengo hacia la santidad de Dios?

Un Ejemplo de la Vida Cotidiana

Una reflexión que me viene a la mente es la forma en que nos vestimos para asistir a una corte. Cuando nos presentamos ante un juez, tendemos a vestirnos con decoro y respeto, reconociendo la seriedad y la autoridad del lugar. Si estamos dispuestos a hacerlo para una corte terrenal, ¿cuánto más deberíamos hacerlo cuando nos presentamos ante Dios en Su casa? El altar no es cualquier lugar; es un espacio sagrado donde nos encontramos con el Creador del universo. Este pensamiento me lleva a inclinarme por vestir con reverencia cuando estoy en el altar, reconociendo la grandeza y la santidad de Dios.

La Moda y la Autenticidad

Otro problema que me surge es que usar tenis en el altar puede ser parte de una moda, una tendencia que imita al mundo. Esto me causa inquietud porque no quiero que mi adoración sea influenciada por lo que es popular o aceptado culturalmente, sino que quiero que sea genuina y auténtica. Santiago 4:4 nos advierte sobre la amistad con el mundo, diciendo que es enemistad con Dios. No quiero que mi forma de vestirme en el altar sea una simple imitación de las modas del mundo, sino una expresión sincera de reverencia hacia Dios.

La Intención y la Comunidad

En este punto, es crucial considerar la comunidad a la que servimos. Romanos 14:13 nos exhorta: “Así que, ya no nos juzguemos más los unos a los otros; sino más bien decidid no poner tropiezo u ocasión de caer al hermano.” Si bien puedo sentirme cómodo y auténtico usando tenis, también debo ser sensible a la percepción de la congregación. Si mi vestimenta causa distracción o se percibe como una falta de respeto, debo reconsiderarla por amor a mis hermanos y hermanas en Cristo. Por que a veces pienso que se aprovechan de la moda para “mercadear” el evangelio, atrayendo a personas por lo “cool” de la iglesia.

así hablamos, no como agradando a los hombres, sino a Dios que examina nuestros corazones. Porque como sabéis, nunca fuimos a vosotros con palabras lisonjeras, ni con pretexto para lucrar, Dios es testigo, ni buscando gloria de los hombres 1 Tesalonicenses 2:5

Para terminar, usar tenis en el altar es una cuestión que debe ser abordada con oración, consideración y amor. Debemos preguntarnos: ¿Qué dice esto acerca de mi relación con Dios? ¿Cómo afecta a mi comunidad? ¿Estoy siendo auténtico en mi adoración? Al final del día, lo más importante es que nos acerquemos a Dios con un corazón humilde y sincero, recordando que el altar no es cualquier lugar. Es un espacio sagrado, y mi deseo es honrarlo, vistiendo con respeto y reverencia, evitando seguir modas que puedan distraer de la verdadera adoración.

Mi oración es que, ya sea en tenis, zapatos formales, o descalzo, siempre busquemos honrar a Dios con todo nuestro ser, y que la moda de los tenis no sea una mera distracción.

  • Gabriel Rivera

    Gabriel Rivera es desarrollador Web de profesión, convertido hace 25 años. Reside en Florida, USA, y se considera aconfesional. Le apasiona el estudio de la Palabra de Dios, así como leer, escribir y servir a los demás. Su vida gira en torno a la fe y al uso de sus habilidades tecnológicas para glorificar a Dios y ayudar a otros. discipulando.me | jesusidentity.org

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